Campesina, con la típica sombrera para protegerse del sol, recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Campesina recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su cultivo.
Cochinilla en una tunera en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Campesina, con la típica sombrera para protegerse del sol, recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno a su explotación.
Tunera con tunos en la zona de Guatiza. En las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de la tunera durante el siglo XIX, ya que a la tunera se adhiere la cochinilla, un parásito del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX la cochinilla fue uno de los principales motores económicos de Lanzarote.
Tunera con tunos en la zona de Guatiza. En las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de la tunera durante el siglo XIX, ya que a la tunera se adhiere la cochinilla, un parásito del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX la cochinilla que fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote.
Campesina recogiendo cochinilla en una plantación de tuneras en la zona de Guatiza. La cochinilla es un parásito, propio de la tunera, del que se extrae un tinte rojo usado sobre todo en la industrial textil y alimenticia. Durante el siglo XIX que fue uno de los principales motores económicos del Lanzarote decimonónico y, por ello, en las localidades de Guatiza y Mala se dedicaron grandes extensiones de terreno al cultivo de tuneras.
Fotografía del molino de Guatiza, situado en la antigua rofera sobre la que se levantó el Jardín de Cactus, y que actualmente se conserva restaurado en el mismo lugar. Construido por el Cabildo de Lanzarote con diseño de César Manrique, el Jardín de Cactus fue la última intervención espacial del artista en su isla natal, inaugurándose en 1990 y siendo, por tanto, el último de los Centros de Arte, Cultura y Turismo. El botánico lanzaroteño Estanislao González Ferrer (1930-1990) colaboró con Manrique en la selección de especies para el diseño vegetal del Jardín.
Imagen de un lagar. en un lugar sin identificar, en el que se puede ver la viga, el husillo (tornillo largo de madera, generalmente de barbusano) y el pilón (piedra sobre la que se encaja el husillo). La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija Cristina Caballero Arriaga.
Detalle de un lagar en el que se puede ver la viga, el husillo (tornillo largo de madera, generalmente de barbusano) y el pilón (piedra sobre la que se encaja el husillo). Por la imagen del fondo, en la que se ve lo que parece El Risco de Famara, pudiera ser un lagar de Tiagua. La fotografía fue tomada por Jaime Caballero Díaz (1911-1975) fotógrafo aficionado natural de Tenerife. Tuvo estudio abierto en Santa Cruz de Tenerife y se sabe que formó parte de la Agrupación Fotográfica de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, 1960-1962). Hizo un álbum de diapositivas y una película de Súper 8 (que también está en la web de Memoria de Lanzarote) en su visita a Lanzarote en el año 1970, ambas con el título de "La isla de los volcanes". Las imágenes pertenecen a la colección de su hija, Cristina Caballero Arriaga.
Detalle de la puerta de entrada y balcón del llamado Molino de Tiagua, en la localidad del mismo nombre. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
Detalle del llamado Molino de Tiagua, en la localidad del mismo nombre. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
Instantánea del Molino de Tiagua, con el Risco de Famara al fondo. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
Instantánea del Molino de Tiagua, con el Risco de Famara al fondo. Este molino es el que está en el margen izquierdo de la carretera que une Tiagua con Muñique. Es uno de los dos grandes molinos que quedan en Tiagua, junto con el Molino del Museo Agrícola El Patio. Fue restaurado por última vez en 2019, gracias en parte a una subvención de 39.000 € otorgada por el Cabildo de Lanzarote. Su anterior intervención fue en el año 1983. El molino original data del siglo XIX y hoy en día mantiene sus características principales, con una planta circular y dos pisos con cubierta cónica. En el segundo piso conserva un característico balcón de madera. La construcción se levanta sobre una base murada con piedra volcánica.
Panorámica del pueblo de San Bartolomé tomada desde la zona de Güime. A la derecha Montaña de Mina y a la izquierda Caldera Llana, en cuya falda se adivina la casa Mayor Guerra. Un poco más a la derecha, destaca la torre de la Iglesia de San Bartolomé. En el extremo inferior derecho del casco urbano, se puede apreciar el cementerio.
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